Empezábamos en otra noche lloviendo en A Coruña. Antes del partido los Riazor Blues dieron un comunicado en la Plaza de Portugal al lado del estadio donde desplegaron pancartas recordando a Jimmy. Ya dentro, la grada donde se sitúan los ultras coruñeses estaba recubierta por una lona azul con lemas contra la violencia tapando los asientos vacíos.
Gil Manzano pitó el inicio del encuentro. Idas y venidas hasta que en el minuto 12, Kameni provoca un penalti sobre Hélder Postiga y es amonestado y atendido por el golpe que se dio con el portugués. Ivan Cavaleiro se dispone a lanzarlo. Pero muy desacertado. El portero camerunés del Málaga se lanzaba a la izquierda de la portería antes de que el portugués ejecutara. Y Cavaleiro que no fue astuto y no estuvo atento, lo lanzó al mismo lado. Carlos no tuvo que hacer nada. El balón choco con él. En estadio calló totalmente. Desperdiciamos una ocasión clarísima. A partir de ahí los andaluces, que tampoco hicieron nada especial en el encuentro, se encontraron con una cesión de Sidnei a Fabricio, que despejo mal y el balón llegó a los pies de Darder y que como el cancervero canario aún estaba levantandose del suelo, ya que le fue difícil despejar el pase del defensa brasileño y cayó, no pudo hacer nada. Puede parecer cantada del portero, pero es más el despiste defensivo lo que hay que criticar, ya que el medio balear disparó desde unos metros por fuera del área y ningún defensa hizo nada.
Ya en la segunda parte, más de lo mismo, el juego continuaba siendo marañoso, es decir, lleno de rebotes y sin jugadas con pases claros. Insua se quedaba ya en la caseta y entraba Isaac Cuenca en su lugar. Fue de nuevo Cavaleiro el que protagonizó la primera ocasión clara de la segunda parte. Remataba y el esférico se iba por encima del larguero, pero a muy poca distancia del. Otra ocasión clara la de Haris Mendunjanin, que chutaba más o menos desde el punto de penalti, pero con cuatro defensas andaluces delante y sin conseguir nada.
Llegó la hora de los cambios que quedaban. Mendunjanin abandonaba el terreno, al igual que Hélder, y entraban Toché y Juan Domínguez. Después de la gran actuación del murciano Toché en Copa, se esperaba que hiciera algo más pero no tuvo el día ayer, solo cabe destacar una ocasión cerca del final cuando remataba a un par de metros del portero camerunés que la sacaba a bocajarro. La afición que aún tenía esperanzas de la igualada, decayó de nuevo. Se desvanecían todas las posibilidades y así sumar otra derrota más para la colección de ocho que tenemos ya.
Ayer además en Riazor se vivió un ambiente que Víctor Fernández calificó de “autodestructivo”. Pero yo lo llamaría que ya estamos cansados de esta gestión. El cántico principal en el partido de ayer fue “Tino dimisión”, cantado por todo el estadio a la vez. Esta directiva al igual que trajo al actual entrenador, lo debe de hechar antes de que sea demasiado tarde. Esta semana puede ser clave en esa gestión. Ya que el lunes nos enfrentamos a un rival directo como es el Elche. Pero no solo es culpa del presidente. Ernesto Bello, secretario técnico del club, que ya tuvo que ver en el intento de desvinculación de Juan Carlos y de Seoane del club, y que ahora parece ya dirigir mas que Tino ya que hay que cambiar esto y nadie parece querer hacer nada. A parte de hasta las más de diez veces que se escucharon los “Tino dimisión” o “Tino vete ya”, todos esos cánticos impulsados por algunos de los Riazor Blues, que pese a estar dispersados por el campo pudieron entrar, después de que el presidente cerrara la grada desde la que animan al equipo cada jornada, se escucharon también algún “Fernando Vázquez” o “Fernando corre la banda” haciendo alusión al anterior entrenador destituido la semana antes de empezar la pretemporada, con la excusa de que dio unas declaraciones desacertadas. Pero una de las cosas que más puede fastidiar a la afición es que pase lo que pase el entrenador zaragozano siempre tiene una excusa para justificar lo mal que juega su equipo. Si a eso se le puede llamar jugar.
Pero como bien se dice, una imagen vale más que mil palabras. Y para mi esta imagen resume lo ocurrido ayer. Un equipo sin la afición que siempre lo arropa y un equipo desesperado ya que el balón ayer no quería entrar y un equipo desquiciado por la cantidad de derrotas y porque ven que las cosas van muy mal, ven que las cosas no salen. Y esto hace caer la desaparición y la pregunta de sobre si podemos seguir creyendo en este equipo o si nos vamos a ir al agujero negro de forma definitiva, sobre A Coruña.
Brais García García. Twitter.com/Braisilu Twitter.com/RespirasDepor


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